ABEJAS

                    Las abejas son muchísimo más importante de lo que imaginábamos. La biodiversidad terrestre al igual que la producción mundial de alimentos depende  esencialmente de la polinización. Las abejas, y otros insectos como mariposas y abejorros, son los responsables de este proceso y, sin embargo, sus poblaciones están disminuyendo a pasos agigantados.


                   Los factores que amenazan a los polinizadores, como es el caso de las abejas, son la pérdida de hábitats, las prácticas de la agricultura industrializada, el uso de plaguicidas, parásitos y enfermedades, especies vegetales y animales invasoras y los impactos del cambio climático.


                  Se ha calculado el valor económico que la polinización de las abejas podría estar en torno a los 265.000 millones de euros anuales en todo el mundo, sólo  en Europa hablamos de 22.000 millones, de los cuales 2.400 millones de euros solo en España. Cálculos recientemente calculados por Greenpeace en su informe “alimentos bajo amenaza”. Por ello, aunque sólo sea desde un punto de vista económico, merece la pena proteger a las abejas.


                 Las cifras del problema que sufren los polinizadores son contundentes. Según el informe de Greenpeace, las poblaciones de abejas disminuyeron en Europa un 25% entre 1.985 y 2005. Pero también otras especies están padeciendo la misma suerte. Datos recientes revelan que el 46% de las 68 especies de abejorros europeos están en declive y el 24% en peligro de extinción. También las mariposas, reduciéndose a la mitad sus poblaciones en praderas, según la Agencia Europea del Medio Ambiente.


                  ¿Tenemos alguna solución ?

                  Si, si se prohíben los productos tóxicos para las abejas actualmente en uso, haciendo una evaluación de riesgos de los plaguicidas mucho más estricta. Se deben poner en marcha planes integrales de acción para salvar a las abejas. Y la solución definitiva es la adopción de la agricultura ecológica como única vía de producción sostenible.


                  Este cambio lo podemos hacer todos, desde los políticos legislando un cambio en los modelos de cultivo, hasta personas como tú, demandando productos ecológicos.


                  La Fundación Jesús Fernández, quiere conseguir un modelo de agricultura, que mantenga, proteja y restaure la diversidad de la vida en la Tierra, respetando los límites ecológicos y que sea socialmente justa.


                  Hablamos de las abejas como especie amenazada y probablemente en peligro de extinción, creemos que no es justo que por culpa de la ambición del ser humano, terminemos con un insecto que ya en el Cretácico temprano existía (100 millones de años), capaz de sobrevivir incluso a la extinción de los Dinosaurios.


                   Si terminamos con las abejas, en definitiva terminaremos con la vida en la Tierra, tal y conforme la conocemos.


                   ¿Queremos dejar ese legado a nuestras generaciones futuras?, nosotros desde la Fundación Jesús Fernández, desde luego decimos NO.


Controles de la abeja